viernes, 21 de diciembre de 2012

NUNCA SE VUELVE

Volvió, sí, pero no era la misma persona. Sus ojos brillaron momentáneamente al ver a sus viejos amigos y sus viejas cosas, pero luego volvieron a apagarse. Fue como un destello de lo que había estado anhelando tanto tiempo que se apagó al comprobar que todo seguía igual, en el mismo sitio donde lo dejó antes de su largo viaje. Esas personas y esas cosas ya no formaban parte de su presente. Supongo que es por esto por lo que dicen que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver. Cuando haces las maletas y te vas de un barrio, de una ciudad, de una gente... ya nunca se vuelve del todo. Al fin y al cabo, tú decides lo que formará parte de tu equipaje para que no deje de estar presente en tu día a día. Todo lo demás queda atrás.


Ahora dice que se alegra de haber encontrado, por fin, un lugar al que ir.
Y yo le sonrío intentando disimular mi tristeza.
Antes era suficiente con esta ciudad y esta gente.
Empiezo a estar cansada de las idas sin retorno, de perder siempre.

No hay comentarios: