sábado, 14 de diciembre de 2013

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Para todos los que preguntaron tantas veces si realmente merecía la pena...
Mi respuesta es sí.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Tú lo que quieres.

Tú no estás lista para seguir un camino de baldosas amarillas. Tú lo que quieres es que te den caña. Quieres declarar la guerra, con sus momentos estrella y sus decadencias. Y para ello necesitas a alguien con chicha. Ya no buscas solo que te hagan sonreír y que te cuiden. Quieres a alguien que consiga hacerte explotar el pecho, alguien que te acompañe a sobrevivir. Alguien con quien compartir la vida tenga más emoción, no que sea más fácil. No nos sirven los "principes azules" que nos llevan en bandeja de oro, ni aquellos que no suponen un reto constante. Quieres un cabrón, un cabrón que te haga la vida imposible, pero que esté loco por ti.

domingo, 24 de noviembre de 2013

domingo por la tarde

- Hay que quererse. ¿Qué te hace creer que no vales la pena?
- ...
- Es bueno olvidar en qué día vives a veces.
- ...
- Es sensación de vacío. No te preocupes. Pasará.

martes, 19 de noviembre de 2013

Nota mental

Hay días que sí y otros que no. Igualmente, hay gente que sí y gente que no. "Deberías fijarte en este chico. Se preocupa por ti. Te cuidará, respetará cualquier cosa que hagas... Te vendría bien alguien así". Y lo piensas, y lo repiensas, y te planteas la posibilidad de que realmente alguien así pudiese llegar a hacerte feliz. "Solo hace falta que tú y todas tus expectativas le hagáis un hueco". Pero sabes que no será así.

Sabes que te conquistará si te dejas. Te tratará bien, no te llevará la contraria, respetará cada movimiento que hagas y... siempre has sido demasiado fácil de convencer, seamos sinceras. Te acomodarás. Creerás que estás donde tienes que estar. Donde "te toca". Sabes que durante un tiempo será divertido, que los principios siempre tienen su "aquel". Pero al cabo de una semana, un mes, un año... el tiempo que te permitas dejarte querer, pasará alguien por tu lado que solo con rozarte hará que se te erice la piel. Alguien con quien las cosas sean más complicadas. Un inconformista, tal vez, un luchador, un superviviente. Y te darás cuenta de que lo importante no es dónde "tienes" que estar, si no dónde "quieres" estar. Y quizás la vida sea más dura con alguien que no te de la razón en todo momento, que no te diga siempre lo que quieres oír o que te discuta las decisiones tomadas. Pero, ¿qué le vamos a hacer? Siempre he sido niña de parque de atracciones. De velocidad, de subidas, de bajadas... y de vueltas de campana.

lunes, 4 de noviembre de 2013

miércoles, 2 de octubre de 2013

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"Yo sólo esperaba que te enamoraras de la chica triste, porque no sabía ser otra cosa.
Y de pronto, me descubrí a tu lado riendo."

domingo, 22 de septiembre de 2013

Despedidas

Las lágrimas me recorren las mejillas y no entiendo porqué. Estoy en el tanatorio. He venido a despedirme. Miro a mi izquierda y llevo cogida del brazo a una de las personas que más quiero en este mundo. Encorvada, arrugada y endolorida, ella no llora. Se ha ido otro de los suyos, parte de su historia. Todos le aconsejan que se siente y descanse, a los 82 una ya no está para pasar muchas horas de pie, y menos cuando es evidente que las piernas no paran de temblarle. Pero dice que está bien, que con mi ayuda tiene suficiente. De repente se escucha el sonido de un violín, y ella empieza a llorar. Con los ojos hinchados y enrojecidos, intentando esconder la profunda tristeza que le recorre por dentro, me mira y me dice que con la música no puede. Y yo la cojo fuerte de la mano y deseo con todas mis fuerzas que ella no se vaya nunca.

Había llegado a creer que no recordaba cómo llorar.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Right here, right now.

La idea era no tener expectativas. Ni buenas ni malas. Ir en piloto automático a donde te llevara el viento. Dejarse llevar. Tratar de decir a casi todo que sí (o más bien dejar de decir que no). Desconectar el cerebro. Y que poco a poco la vida se encargase de ponerte en tu sitio. Lo bueno de no esperar nada es que no dejas de sorprenderte y que poco a poco empiezas a sonreír más, a sentir más, a disfrutar más y a dejarte llevar de verdad. Y un día, de repente, llegas al punto más alto, y te encuentras a ti misma sentada en un banco de piedra, de madrugada, sola en la calle. Respiras profundamente, escuchas el silencio. Huele a jazmín. Y te sientes bien. Y empiezas a pensar en cada una de las personas que forman parte de tu vida, que con sus vivencias compartidas te han llevado a ser la persona que eres. Cada decisión tomada o no, acertada o errónea, te ha llevado a este punto. Un matojo de huellas andante. Pero más tú que nunca. Aquí y ahora. Tú. Y a seguir sonriendo. Por favor.

lunes, 22 de julio de 2013

Quiero

Quiero un número infinito de abrazos y horas para intentar arreglar el mundo hablando. Quiero risas y brillo en los ojos. Quiero sensación de plenitud. Quiero bailar como si nadie estuviese mirando. Quiero fotos. Quiero mar y montaña. Quiero experiencias. Quiero viajar. Quiero estabilidad. Quiero loopings, rizos y velocidad. Quiero escuchar. Quiero aire. Quiero lunas. Quiero olores. Quiero razones y motivos. Quiero ilusiones.  Quiero avances. Quiero un futuro. Y lo quiero...


... ya.

jueves, 18 de julio de 2013

KT

Estaba habituada a lo incondicional. Al darlo todo sin la necesidad de recibir nada a cambio (aunque lo recibía). Acostumbrada a querer algo y hacerlo. Una se acostumbra a lo bueno demasiado rápido. Había creado en sí misma la esperanza de encontrar el equilibrio total. De saber que la vida nunca deja de darnos golpes, pero que esos golpes se llevan mejor en compañía, cuando cuentas con una mano firme que te ayude a levantarte. O mejor aún, con una voz en tu interior que no deja de repetirte que puedes hacerlo y que lo vas a hacer.

Pero ahora las cosas habían cambiado y ella no podía dejar de preguntarse si algún día volvería a sentirse igual.

viernes, 7 de junio de 2013

Todas las canciones hablan de mí.

"He estado intentando convencerme de que abandonar a una persona no es lo peor que se le puede hacer. Puede resultar doloroso, pero si uno no dejase nunca nada ni a nadie, no tendría espacio para lo nuevo. Sin duda, evolucionar constituye una infidelidad... a los demás, al pasado, a las antiguas opiniones de uno mismo. Tal vez cada día debería contener al menos una infidelidad esencial o una traición necesaria. Se trataría de un acto optimista, esperanzador, que garantizaría la fe en el futuro. Una afirmación de que las cosas pueden ser no solo diferentes, sino mejores."

lunes, 14 de enero de 2013

AMIGO MÍO, TENGO QUE VOLAR

No, ya no puedo quedarme aquí,
si tu quieres quédate tu.
Esta vida no es para mí.

Yo quiero vivir con amor,
con mi gente abajito del sol,
con las olas y el amanecer,
como un niño jugando otra vez,
sin para de correr... después.



Hay que ser valiente, amigo, yo tengo que volar!

sábado, 12 de enero de 2013

EL DEVORADOR DEVORADO

No hay esperado que no sea esperador ni amante que no sea boca y bocado, devorador devorado: los amantes se comen entre sí de cabo a rabo, de punta a punta, todos toditos, todopoderosos, todoposeídos, sin que quede sobrando la punta de una oreja  ni un dedo del pie.

El libro de los abrazos

miércoles, 9 de enero de 2013

LA MALA RACHA

Mientras dura la mala racha, pierdo todo. Se me caen las cosas de los bolsillos y de la memoria: pierdo llaves, lapiceras, dinero, documentos, nombres, caras, palabras. Yo no sé si será gualicho de alguien que me quiere mal y me piensa peor, o pura casualidad, pero a veces el bajón demora en irse y yo ando de pérdida en pérdida, pierdo lo que encuentro, no encuentro lo que busco, y siento mucho miedo de que se me caiga la vida en alguna distracción.

El libro de los abrazos

lunes, 7 de enero de 2013

LA PÁLIDA

Mis certezas desayunan dudas. Y hay días en que me siento extranjero aquí y en cualquier otra parte. En esos días, días sin sol, noches sin luna, ningún lugar es mi lugar y no consigo reconocerme en nada, ni en nadie. Las palabras no se parecen a lo que nombran y ni siquiera se parecen a su propio sonido. Entonces no estoy donde estoy. Dejo mi cuerpo y me voy, lejos, a ninguna parte, y no quiero estar con nadie, ni siquiera conmigo, y no tengo, ni quiero tener, nombre ninguno: entonces pierdo las ganas de llamarme o ser llamado.

El libro de los abrazos