viernes, 14 de diciembre de 2012

ENCUENTROS

Y en el asiento de enfrente,
un rostro de repente,
claro ilumina el vagón.

Esos gestos traen recuerdos

de otros paisajes, otros tiempos,
en los que una suerte mejor me conoció.

No me atrevo a decir nada, no estoy seguro,

aunque esos ojos, sin duda, son los suyos,
más cargados de nostalgia, quizás más oscuros...



Fuí allí a respirar. A dejar de escucharme. A absorver un poco de vida. Pero ahora que te miro y me sonríes me doy cuenta de que también fuí a buscarte. A que me dieses esperanza. A volver a creer que las cosas que duelen también acaban encontrando su espacio. Y se transforman. A saber que lamentaré la pérdida eternamente y me seguiré cuestionando qué hubiese pasado si las cosas hubiesen sido de otra forma. Pero que aprenderé a apreciar estos encuentros inesperados. Que volveré a sonreir (te). Que me volverás a ver brillar y te verás obligado otra vez a decirme lo guapa que estoy, porque seré feliz. Que el dolor te hace fuerte y te hace crecer. Y que vale la pena seguir creciendo.

No hay comentarios: