miércoles, 18 de enero de 2012

CÓMO HEMOS CAMBIADO

Ayer hablaba con la amiga más longeva que tengo. La conocí en preescolar, fué mi compañera de pupitre durante prácticamente toda primaria, y seguimos en la misma clase hasta que en 4º de la ESO ella eligió ciencias y yo letras. Pero aún así, seguía estando en la clase de al lado. Después pasó a estar en la universidad de enfrente, y ahora las dos hacemos por escribirnos y quedar de vez en cuando. Ayer hablabamos de los cambios, los que realmente llegaron a nuestras vidas de la mano de los 18. Al principio fueron geniales, después, no tanto. Las dos estuvimos de acuerdo en que lo más difícil de asumir fue el hecho de que todo (y todos) fuese(mos) reemplazable(s). Hablabamos de viejos amigos, viejas peleas, lugares en los que pasábamos la vida y que hacía años que no habíamos vuelto a visitar. Hablabamos mientras dabamos un paseo. Un paseo que intentámos alargar lo maximo posible para disfrutar de nuestro rápido encuentro mensual. Pero llegó el momento en que cada una debía tomar una dirección que le llevaría de vuelta a su casa, a su vida actual. Eran caminos opuestos. Las dos nos miramos y dijimos de no esperar tanto para vernos la próxima vez, y nos sonreímos con cierta amargura al ser conscientes de que esa era siempre la misma frase y, sin embargo, no volveríamos a vernos hasta el próximo mes. Así que volví a casa con esta canción en la cabeza.
Por los cambios (tanto buenos como no tan buenos), por aquellos que ya no están, por los que están pero no estarán, y por los que seguirán estando.

1 comentario:

desastreAnimal dijo...

Suele pasar... a mi me encantan esos momentos en los que te pones a recordar cosas del colegio, de la gente, de los profesores y es todo como... "joder qué rápido pasa el tiempo"...
el truco está en que, aunque sea cada mes, no dejéis de veros, que hay amistades que duran toda la vida... :)