lunes, 16 de enero de 2012

CANCIONES PARA DÍAS DE LLUVIA

Si te paras a escuchar el piano, se confunde con las gotas que no paran de caer al otro lado de la ventana, y la voz es suficientemente cálida como para sacudirte la humedad de los huesos. O al menos a mí me lo parece. Hoy la escuchaba volviendo a casa, empapada, y por un momento he cerrado los ojos y he sentido que estaba viviendo una tormenta de verano, así que he seguido caminando, sin importarme ya mantener alguna parte del cuerpo seca... y de repente ya no sentía nada de frío, el calor salía de adentro.

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