jueves, 29 de noviembre de 2012

FANTASMAS DEL PASADO

Caminaba por la calle después de un "juernes" como otro cualquiera, una tarde más del calendario. Hacía frío, muchísimo, y yo llevaba la nariz bien escondida en la bufanda. De repente, he visto un fantasma de mi pasado descansando en un banco y me he sentado a hacerle compañía, solo por hacerle la púa al hombre del tiempo (que ya está bien eso de no querer mirar ni hacia delante ni hacia atrás).

Hemos retrocedido juntos unos 7 años aproximadamente, cuando todavía no empezábamos a ser quienes ahora aborrecemos. Me ha dicho que nuestro picadero ha pasado a llamarse "altillo" para no dejar a la luz las pretensiones de todo aquel que entra en él, y creo que he perdido la poca inocencia que me quedaba. Me ha nombrado a personas que aún soy capaz de visualizar cuando cierro los ojos y me ha hecho ver quién era yo por aquel entonces y cómo me sentía siendo así.

Me ha hecho reír, y más aún, no he podido parar de sonreír. Y no me refiero a esa sonrisa nerviosa y acelerada que tengo últimamente, sino la que te hace emitir un ruidito estúpido que en el momento no te importa porque te sientes bien y te encantaría que el mundo se parase un ratito para poder alargar esa sensación.

Así que dejo esto aquí escrito para mi yo del futuro. Dos lecciones en un mismo día. La primera, no dejes escapar a la gente que te hace reír. Y la segunda, intenta no seguir perdiéndote por el camino.

No hay comentarios: