Sin embargo, llegada la situación, algunos siguen corriendo o siguen sin ser capaces de mirar de frente lo que nos produce daño. Otros, afrontan.
Recuerdo que la primera vez grité. Recuerdo que la segunda fijé la mirada en la pared que tenía en frente (blanca, con el goteo característico de los 90) y luego me reí. La tercera vez reaccioné, sorprendiendo a todo el mundo que tenía alrededor. La cuarta... bueno, sentidos agudizados al 100%, a la espera de entrar en acción, de poder hacer algo. Cualquier cosa.
Es curioso porque soy de las personas que suelen huir. Sin embargo, cuando la realidad supera a mis emociones es como si me invadiese otra persona. Y esa persona es fría, pero sabe lo que hay que hacer. Y se lo agradezco.
1 comentario:
me ha encantado la magia de tus palabras
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