No había nadie, sólo un par de pescadores y una pareja de padres primerizos con su bebé que apenas había aprendido a andar. Ellos, una arena de roca y las olas. Hacía tanto tiempo que no la veía de cerca que se me había olvidado por completo todo el encanto que puede llegar a tener, especialmente en invierno.
Debería visitarla más a menudo. Me sienta bien.
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