"Hablo de un Estado insensible a las desdichas y a las peripecias personales, al bien o al mal de los individuos, so capa de un hipotético y nebuloso bien común. Hablo de un guerra diluida, omnímoda, que anda en el aire, no declarada pero sí respirada, sigilosa, y mortal poco a poco. No hablo de ciudadanos perseguidos, sino de ciudadanos ignorados, que se ensimisman y se callan porque desconfían y no saben a quién recurrir, ya que su valedor se ha vuelto su adversario..."
Antonio Gala, La soledad sonora.
A mí no me da ninguna buena espina este domingo. El mundo no para de llorar y retronar.
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